Sorpassa, que algo queda

Sorpassa, que algo queda

Por Agustín L de la Cruz

Ya es un hecho: ayer por la tarde, Alberto Garzón y Pablo Iglesias anunciaron su acuerdo para concurrir en coalición a las elecciones del 26 de junio. Y para hacerlo público fueron a fotografiarse juntos, cual pareja de hecho, a la Puerta del Sol de Madrid. Escenario nada casual, pues sabemos muy bien que allí surgió el 15M y la acampada que habría de cambiarlo todo, aunque en diferido. En aquel ya lejano 2011, Izquierda Unida tuvo que conformarse con asistir, atónita, al despertar de la juventud dormida y sobradamente preparada, y Podemos apenas era un sueño en las mentes calenturientas de un puñado de profesores de Ciencias Políticas.

Pero aquí ya lo avanzamos justo después de las últimas elecciones, valga la autocita: IU y Podemos ganaron las elecciones del 20 de diciembre, sólo que sus votos, al presentarse por separado, les dejaban como tercera fuerza y no segunda. Desde entonces un fantasma recorre la política española: el fantasma del sorpasso. Palabra italiana que significa “adelantamiento”, que Julio Anguita utilizara en los años noventa para definir su estrategia fracasada de superar al PSOE de Felipe González, y que originalmente tenía que ver con la aspiración del Partido Comunista Italiano de adelantar a la derecha y ganar las elecciones de 1976. En aquel entonces, el PCI era el partido mayoritario de la izquierda en Italia, detalle que conviene recordar porque, en los últimos días, tanto Garzón como Iglesias han declarado que su objetivo común no es ya adelantar al PSOE a la manera de Anguita, sino sobrepasar al mismísimo PP.

Descartada la victoria electoral del bloque PP + Ciudadanos, que aún podría darse pero que con esta alianza y los continuos casos de corrupción se antoja bastante improbable, lo interesante para nuestro análisis político es que en cualquier escenario (desde el difícil pero no imposible sorpasso al PP hasta la posibilidad de que el PSOE resista y mantenga su superioridad al menos en cuanto a número de escaños), la unión entre IU y Podemos requerirá de la colaboración del partido liderado por Pedro Sánchez para desalojar a Rajoy del poder. Y aquí está la clave del asunto. En el PSOE no deja de haber movimientos claros y declaraciones precisas que “prohíben” a Sánchez todo pacto con Iglesias, con la quijotesca Susana Díaz y su fiel escudero Vara a la cabeza. Sin embargo, otros líderes socialistas han tomado la iniciativa en sentido contrario y han propuesto presentar listas conjuntas de todas las fuerzas de izquierda al Senado. Lo curioso de la confluencia Podemos + IU es que afecta sobre todo al futuro del PSOE, que se verá obligado a optar entre continuismo y reforma. La revolución ya la ponen los rojos y los morados.

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